
Planifica tu tiempo de descanso
No solo hay que planificar qué hacer en el trabajo, también puedes elaborar un plan para esos días de descanso y relajación.
Plan para tu día de descanso
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¿Se aproxima un día de franco, un feriado, o siquiera el fin de semana? Vence la tentación de tumbarte a ver la TV o de dormir hasta el mediodía: aunque son opciones más que seductoras, hay otra manera de pasar el tiempo libre que será mucho más productiva, que te ayudará a relajarte igual y que te dejará lleno de energías para la próxima semana laboral. Hoy te proponemos planificar para tu tiempo de descanso.
Planifica con anticipación
No esperes a que legue tu día para pensar qué harás en ese momento. Planifica con tiempo suficiente, incuso haz una guía que puedas repetir o diversos proyectos para cuando llegue tu día libre. Por ejemplo, haz una lista de las labores del hogar que te gusta hacer, que te relajan, y que también insumen algo de tiempo, como sesgar el césped, atender el jardín, lavar las cortinas y tapizados de toda la casa, pintar el patio o redecorar, moviendo los muebles de aquí para allá.
Si hay actividades fuera de casa que te guste hacer, pero que no sueles tener tiempo para realizarlas, también anótalas en una lista: ir a comprar ropa, recorrer la ciudad para visitar las ferias y los mercados de pulgas, ir a un museo o lo que fuera. Crea listas independientes para las actividades dentro de casa, las del exterior del hogar, y la que se hacen fuera de casa. Así, llegado tu día libre podrás elegirlas de acuerdo al tiempo que tengas, a las ganas, y a cómo esté el clima de ese día.
Plan específico para tu día libre
Con estas listas a mano, el día o siquiera la noche anterior, determina cuáles serán tus “ocupaciones” para la jornada de descanso. Quizás quieras salir de la cama un poco después de lo acostumbrado, y eso está muy bien. Programa tu alarma del despertador para que te de un tiempo extra de relajación, o para leer el periódico en la cama con una taza de café (programa también la cafetera, para tener ese café listo para cuando despiertes). Cuando salgas de la cama, viste con la ropa que hayas preparado el día anterior, de acuerdo a las actividades que hayas elegido realizar: llevar sudadera, pantalón de ejercicios y mullidas chancletas puede ser el complemento ideal para tu relajación, si tu plan de acciones puede ser realizado con ese atuendo.
No te demores en perder el tiempo. En cambio, ponte en marcha para hacer esas cosas que has estado postergando por falta de tiempo, y disfruta de ellas como un medio de renovar las energías. Procura no atender sólo “obligaciones”, sino dale prioridad a las cosas que te hagan sentir bien, realizado, satisfecho con el resultado, como arreglar la casa, decorar el jardín, pasear por tu ciudad como si fueras un turista que está de visita.
No hagas un plan demasiado estricto: incluye suficiente tiempo de descanso. Vale decir: si la actividad que planificaste podría insumir dos horas, planifica 3 horas en tu agenda, para tener tiempo extra, poder tomar breves descansos, ir a cambiar la música o el dial de la radio o disfrutar de una limonada en el medio del programa. Recuerda: estás planificando para sentirte productivo y completar tus pendientes, pero también estás descansando de tu agenda semanal.
Asegúrate de integrar a tu día de descanso un poco más de sueño, un desayuno completo (sentado en la mesa, a diferencia del café apresurado que tomas cada día), y darte un baño largo y calientito, para relajar tu cuerpo y mimar la mente al final de la jornada. Verás cuánto mejor te sientes luego de pasar tus días de descanso de esta manea, a diferencia de sólo tumbarte en el sofá y terminar el día sin saber dónde fueron las horas.