
Cómo organizar una fiesta sorpresa para un amigo
Las fiestas sorpresa merecen toda nuestra estrategia y planificación para que salgan tal como esperamos. Veamos algunos tips para organizar la de un amigo
Tips para organizar un fiesta sorpresa para un amigo
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Las fiestas sorpresa tienen ese encanto especial. El agasajado no sabe que, en algún sitio, hay amigos y familiares esperando para homenajearlo, felicitarlo por su logro o porque es su día especial. Además, ofrecer una fiesta sorpresa es bastante sencillo, si tan sólo nos organizamos y planificamos por adelantado.
Planificando una fiesta sorpresa
Es lo que siempre recomendamos, porque es la mejor y más fácil manera de hacerlo. Si será un cumpleaños sorpresa para tu amigo, si rinde su último examen o por el motivo que sea, comienza cuanto antes a planificar, para hacerlo con tiempo suficiente y organizando bien las tareas, ya sea por tu cuenta o con la ayuda de otra persona (de su pareja, por ejemplo, o de sus padres). Arma como primer paso la lista de invitados, pues de ella se desprenderá mucho a tener en cuenta.
Cuando sepas la cantidad de invitados (considerando que algunos no podrán asistir, pero que no serán más que los citados allí) puedes ver donde se hará la celebración. Puede ser en tu casa, o en la del homenajeado, en un restaurante, una sala de té o donde sea. Luego, planifica el tipo de evento: si será un encuentro nocturno con bebidas, o una elegante cena con mesas bien puestas, o una parrillada al aire libre sin más mobiliario que mesas de picnic y tablones extensos. Así podrás preparar, rentar o pedir a los invitados su contribución, e ir ya cerrando el contrato del alquiler del lugar, del mobiliario y de todo lo que necesites.
Presupuesto y colaboraciones para una fiesta sorpresa
Cuando sepas la lista y el lugar, comienza a telefonear o escribir a los invitados, pidiendo que te confirmen su asistencia ni bien puedan. Recuerda indicarles que se trata de una fiesta sorpresa, y que no deben decirle nada al agasajado para que en verdad se sorprenda. Luego, definan cómo será el evento: si el presupuesto lo permite, lo mejor es contratar un servicio de catering que provea la comida y la atención (mozos y cocineros), además de los elementos necesarios (como calentadores de platos y demás).
Si el presupuesto no fuera el suficiente, pide a los invitados su colaboración: uno o dos pueden llevar opciones de entradas y aperitivos, otros dos pueden proveer comidas calientes, otro comidas frías o ensaladas, y dos más los postres. La bebida también se puede dividir entre los asistentes. De este modo, cada quien ofrece a los demás su colaboración, y el evento se hace mucho más completo.
Lo mismo puede suceder con la decoración, el costo de la renta y demás. Si el festejo es entre amigos, no habrá problemas con pedir ayuda a quienes puedan brindarla. Luego, lo último que resta es encargar a alguien (la persona más cercana al agasajado) que lo lleve al sitio a una determinada hora, normalmente unos 60 minutos después del arribo de los demás invitados. Puede usarse cualquier excusa, incluso inventar una celebración para otra persona. Al llegar el homenajeado, lo recibiremos con un fuerte grito de «sorpresa«, abrazos y mucho tiempo de diversión que de seguro le pondrá una gran sonrisa en el rostro.